viernes, 17 de octubre de 2014

Mal de altura. Problemas relacionados con la altitud en los deportes de montaña.

Llamamos mal de altura o mal de montaña al trastorno causado por la falta de oxígeno en grandes alturas A medida que aumenta la altitud, la presión atmosférica baja y el aire, menos denso, cuenta con menos oxígeno.

En Europa, los montañeros solemos considerar como alta una montaña de mas de 2.500 metros. Por debajo de esta altitud la falta de oxigeno es prácticamente intranscendente. Es por encima de esta altitud cuando según cada persona ya se pueden tener síntomas de mal de altura e incluso, y sobre todo a medida que la altitud es mayor se pueden producir enfermedades.
Los efectos de la altitud dependen de la altura y la velocidad de ascenso. Los efectos son menores a menores alturas, pero resultar ya evidentes por encima de los 2.500 metros, sobre todo tras un ascenso rápido. La mayoría de los montañeros que realizan su actividad en Pirineos o los Alpes, se sorprenderían supieran que, su sangre tiene en esos momentos menos oxigeno que la de muchos pacientes con problemas respiratorios grabes. La principal manifestación de la hipoxia no es la sensación de ahogo, como podría pensarse, sino el cansancio desproporcionado para el esfuerzo realizado.

La mayoría de las personas se adaptan (se aclimatan) a alturas de hasta 3.500 metros sin dificultad, pero aclimatarse a alturas mucho más elevadas requiere de tiempo que puede durar días e incluso semanas.


Un poco de historia
La primera descripción del mal de altura conocida se sitúa en el año 326 a.C. cuando Plutarco expone, en su ensayo Vidas Paralelas, las incidencias de la expedición de Alejandro hacia la india, y cita textualmente "... pero el mayor peligro fue la falta de provisiones y la inestabilidad y ligereza de la atmósfera.." .

Los Chinos 100 años a.C. citan las cordilleras de la zona montañosa de Txi-Pin con los nombres de Montañas del mayor y menor dolor de cabeza, en clara referencia al hecho de que todos los que por allí pasaban padecían dolor de cabeza, vértigos y vómitos, en mayor o menor grado. Hasta llegar a finales del siglo XVI, en que encontramos las primeras descripciones científicas del mal de alturas.

El jesuita José de Acosta describió de manera muy expresiva los padecimientos del mal de altura en un relato considerado como clásico: "... Noté un dolor de cabeza tan terrible que incluso pensé que iba a caerme del caballo estrellándome al suelo... inmediatamente después vinieron tales náuseas y vómitos que creí, en el esfuerzo, que iba a perder incluso el alma..." .

En 1891 Guglielminetti, relata el proceso y fatal desenlace del joven medico Dr. Jacottet que en su afán de permanecer cerca de la cima de Mont Blanc, para estudiar y describir la evolución de su propia enfermedad de altura, de la cual estaba convencido que podría librarse sólo por su fuerza de voluntad .
Barcrof pública más descripciones sobre el mal de altura, consideradas también excelentes; Ravenhill, en 1913, ya apunta la posibilidad de que el mal de altura se presente de dos maneras diferentes, graves y en ocasiones de evolución fatal: una forma cardiaca que cursa con congestión pulmonar, y una forma cerebral con manifestaciones nerviosas. Houston, en 1960, describe con más detalles el edema pulmonar de altura.

Sintomas del Mal (leve) de Altura
Los síntomas dependerán de varios factores que se han de tener en cuenta. De la velocidad de ascenso y del esfuerzo que se realice. De la altitud a la que se asciende, los síntomas pueden ser leves hasta mortales afectando a los pulmones, los músculos, el corazón o el cerebro.

La molestia mas frecuente suele ser el dolor de cabeza, que suele ser mas intenso por la mañana y aumenta con el esfuerzo. También pueden acompañar otros síntomas como malestar general, cansancio, nauseas, vómitos, falta de apetito y trastornos del sueño, esto ultimo se puede dar tanto en insomnio como en somnolencia.

La sensación de cansancio suele aparecer tan pronto como el montañero gana altura, pero el dolor de cabeza puede tardar hasta 24 horas después.

Estos síntomas de mal leve de montaña suelen ser benignos y tienden a desaparecer espontáneamente en unos pocos días.  No obstante hay dos tipos de mal de altura que pueden amenazar la vida y requieren de tratamiento urgente: el edema pulmonar y el edema cerebral.

Prevención
La prevención del mal de altura pasa por ganar altura lentamente, para dar tiempo al cuerpo a aclimatarse. Aun que tradicionalmente se considera que el cafe, el te, la hierba mate, y el mate de coca, son útiles para prevenir este mal, no se a podido demostrar que estas infusiones prevengan la aparición del mismo. Personalmente en un viaje a los andes, pude comprobar que el mate de coca si tubo los efectos esperados, pero no podría demostrar que esto no se debiera a mi complexión, sugestión o simplemente suerte.

Tratamiento
La lógica es siempre le mejor tratamiento en estos casos. Dejar de subir hasta que los síntomas remitan es una buena iniciativa y las mas efectiva. Es muy útil el reposo, los analgésicos (aspirina, paracetamol, ibuprofeo). En caso de molestias continuadas descender unos metros y esperar unos días a que se aclimate el cuerpo. Por encima de 4.000 metros se recomienda pasar cada noche a no mas de 500 metros por encima de donde se paso la noche anterior.

Edema cerebral
El edema cerebral consiste en una hinchazón del cerebro causada por la falta de oxigeno a gran altitud. esta malantia es mas frecuente en personas jovenes y de sexo maculino, aun que se puede dar en cualquier edad, sexo o raza. La mayoría de los casos se suelen dar en los primeros días en altitud en personas no aclimatadas.

Las manifestaciones que permiten reconocer edema cerebral de la altitud son las siguientes:
1. Dolor de cabeza intenso, que empeora al toser, bajar la cabeza o doblar el cuello. No pasa con analgésicos y suelen ir acompañados de nauseas y vómitos.
2. Inestabilidad al andar. Es muy característica, y puede estar presente aun sin el dolor de cabeza. A este síntoma se le considera el mas valioso para el reconocimiento y diagnostico del edema cerebral.
3. Trastornos en la conducta, como irritabilidad, irracionalidad, confusión...
Los trastornos en la percepción también se dan en este tipo de casos, como alucinaciones.
Prevención
La prevención del edema cerebral consiste en subir lentamente, prestar atención a la existencia de síntomas de mal de altura y no continuar subiendo hasta que estos desaparezcan completamente.

Tratamiento
El mejor tratamiento para un edema cerebral es el DESCENSO URGENTE


Edema pulmonar
Es un encharcamiento de los pulmones que sufren algunos montañeros que no se aclimatan adecuadamente. Esta es una de las urgencias mas graves que le puede ocurrir a un alpinista en alta montaña y una de las principales causas de muerte. Este tipo de enfermedad suele darse en grandes alturas.

Las manifestaciones que permiten reconocer edema pulmonar de la altitud son las siguientes:
1. Una excesiva sensación de cansancio por el esfuerzo.
2. Una tos que el principio es seca, pero que luego se acompaña de expectoración espumosa y sonrosada.
3. Dificultad al respirar. Primero durante el esfuerzo, luego también en reposo.
4. Acercando el oído al pecho del afectado se puede oír la respiración encharcada.
Prevención
Como para cualquier tipo de mal de altura, el primer paso para la prevención es ganar altura paulatinamente. Las personas que nunca han sufrido este mal, no necesitan tomar ninguna medicación, pues es probable que no sean propensos a la misma. En cambio, en personas que ya han sufrido un edema pulmonar debe suponerse que tenga mas propensión a padecerlo.
    Tratamiento
    El mejor tratamiento para un edema cerebral es el DESCENSO URGENTE aun mas dado que esta enfermedad empeora en horas y conduce a la muerte.
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    Fuente: Medicina para montañeros. Javier Botella, Aurora Espacio y Luis aguilella

    Tercera edición, ampliada y actualizada, del prestigioso manual Medicina para montañeros, un libro de referencia para los montañeros de nuestro país. Esta obra se ha vendido en todos los países de habla hispana, ha sido adoptada como libro de texto en numerosos cursos, y se ha convertido en compañera imprescindible en cualquier expedición.

    Escrito por médicos con muchos años de experiencia en las cordilleras de cuatro continentes, está concebido para ayudar al montañero a tomar decisiones sensatas en condiciones de aislamiento como las que se dan en las montañas y en otras zonas remotas de la Tierra, cuando no tenemos la inestimable ayuda de un médico a quien consultar.

    Un libro riguroso y fiable, escrito con un lenguaje claro y comprensible, que se presenta en un formato manejable y fácil de transportar. Sin duda, muy útil en nuestra mochila y libro de fondo de cualquier biblioteca.


    2 comentarios

    1. En un viaje a marruecos para subir el toubkal, nos dio un poco de mal de altura(leve). Pero paso al pernoctar en el refugio.

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      1. Lo cierto que el Toubkal es un buen ejemplo de como tratar este tema. Subir hasta el refugio con tranquilidad y pernoctar en el, hacen que a la mañana siguiente la subida a los 4.200 metros de su cima, sean mucho mas llevaderos y sin las molestias del Mal de Altura.

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