Nosotros comimos en Fredes, totalmente aconsejable. Comimos como reyes por 16 euros cada uno ¡y a la carta!
Después de comer y para regresar al punto de partida, hay que tirarse por el Portell de l'Infern un descenso por sendero/trialera que requiere en algunos tramos una buena técnica, pero que no hay que dejar de hacerlo, pues en todo momento nos acompañan unas vistas que quitan el sentido, si sufres de vértigo mejor bájate por la carretera... RUTAZA!
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