domingo, 10 de noviembre de 2013

Annie Edson Taylor, una aventurera adelantada a su tiempo.

Gestas como la que realizó Felix Baumgartner con su salto desde la estratosfera hacen que parezca que la hazaña de Annie Edson Taylor no tenga ninguna importancia. Pero si tenemos en cuenta que Annie no contó con los recursos tan sofisticados y modernos como con los que cuentan hoy día las hazañas mas extremas, y sin quitar mérito a Felix Baumgartner, debemos trasladarnos a principios del siglo pasado y pensar en cómo eran las proezas que se realizaban en una época en la que no se contaba con los adelantos y tecnología de hoy en día.
Annie Edson Taylor fue una mujer norteamericana que a sus 63 años hizo historia al ser la primera persona en saltar desde las cataratas del Niagara, el día 24 Octubre de 1901 metida nada mas y nada menos que dentro de un barril que mando construir para la ocasión y sobrevivió para contarlo.

Pero la gesta no se queda ahí, ya que hay que tener en cuenta la edad con la que contaba la heroína de esta historia, ya que realizó el viaje el mismo día que cumplía los 63 años.

Annie Edson Taylor fue profesora de escuela, baile y música. La pensión que le quedó tras jubilarse no llegaba para cubrir las necesidades más básicas, por lo que pensó en una manera de hacerse famosa y poder ganar una buena fortuna que le permitiera terminar sus días con comodidad. Y no se le ocurrió otra cosa que navegar por los rápidos de las Cataratas del Niagara, algo que hasta aquel momento ninguna persona había realizado, y dejarse caer metida dentro de un barril por sus cataratas.

Busco un mecenas que patrocinara su aventura, y conoció a Frank M. Russell en la exposición Panamericana que se estaba celebrando en la ciudad de Búfalo. Frank M. Russell, fue la persona interesada en apoyar la que parecía una disparatada idea. Para poder poner en marcha la alocada idea, se mando construir un barril en el que su interior iba totalmente acolchado para salvaguardar la integridad física de Annie y en la base se colocó un yunque de 45 kilos de peso, con el fin de que el barril fuese durante todo el trayecto por los rápidos del Niágara de forma vertical. Para probar la viabilidad de su proyecto lanzaron un gato dentro del barril, el cual paso la prueba sin sufrir daños.

El 24 de octubre de 1901 fue la fecha escogida para poner en marcha la hazaña. Fueron muchos los curiosos y periodistas que se acercaron hasta las Cataratas de Niagara para ver y cubrir la hazaña de Annie. En el momento de ser soltada en las cataratas del Niágara, se metió dentro del barril y se colocó la tapa. Pero, como os podréis imaginar, allí dentro no llevaban ningún complejo equipo de oxigeno, ya que el aire contenido dentro del barril fue introducido a través de una bomba de hinchar ruedas de bicicleta.

El barril fue transportado en una canoa que lo arrojó al agua a 1 kilómetro de distancia de donde comenzaría su recorrido y fue flotando hasta la famosa catarata Horseshoe, por la que cayó los 53 metros y realizó el recorrido por los rápidos.

Un viaje que duró 17 minutos y que tras finalizar el recorrido, el barril fue abierto para comprobar que la intrépida viajera se encontraba en perfectas condiciones, haciéndose tan solo unos rasguños y un golpe en la cabeza por el que sangró un poco.

Las primeras semanas tras la proeza estuvieron llenas de entrevistas y actos en los que, Annie acompañada de Frank M. Russell, viajaron por diversos estados relatando la aventura y amasando una pequeña fortuna, la cual le robo  su mecenas y manager que desapareció con el barril y el dinero. Annie Edson consiguió la fama y paso a la historia, pero no consiguió la fortuna.

Con en tiempo, Annie Edson Taylor fue quedando en el olvido. Los años siguientes en la vida de Annie estuvieron rodeados de pobreza y olvido, falleciendo en 1921, a los 82 años de edad.

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